- Rotonda-scalextric
- Interior de la rotonda
- Cuello de la rotonda
- Detalle interior 1
- Detalle interior 2
En el interior de la rotonda del aeropuerto
Pasarán a la historia como los reyes de las rotondas. Las hicieron sin orden ni concierto por toda la ciudad, algunas a precio de verdadero oro, e incluso algunas no se llegaron a hacer. Se gastaron varios millones de euros en un túnel en la carretera de Alfonso XIII (https://elalminardemelilla.com/2011/12/19/el-tunel-de-todos-los-atascos/) , que no sirve para nada, porque lo que resolvió el problema del tráfico es la «mega rotonda» que hay por encima https://elalminardemelilla.com/2011/07/13/la-mega-rotonda-de-alfonso-xiii/). Todo eso ya está contado. El despilfarro ha sido monumental, y por lo que se ve, tienen la intención de «morir gastando».
La rotonda provisional del Parque Forestal
Si en algún lugar de la ciudad ha habido una atomización de contratos menores, ese fue el Parque Forestal de Melilla. Aquí se hizo de todo con tal de hacer de todo. Se invirtió y gastó una cantidad cercana a los 10 millones de euros y el resultado es bastante «ajustado», tanto en aspecto como en resultado total. Con una calificación de suficiente satisfactorio pueden darse por contentos.
Luego vino la partición del parque en dos mitades, la construcción de un nuevo vial ( https://elalminardemelilla.com/2012/03/02/nuevo-vial-del-parque-forestal/), la conexión con la carretera del aeropuerto y la intersección con el acceso al barrio del Real y a la carretera de Hardú, y ya no pudieron ni supieron resolver tanto. Crearon tal ramal de conexiones imposible que tuvieron que recurrir a una «solución provisional», que mezcla el concepto de rotonda con el de Scalextric. Han pasado los años desde aquella solución temporal, y la zona mas bien parece algo cochambrosa, pero han conseguido algo único, que es la rotonda visitable.
Es mejor no decir nada. Entramos en ella, lo vimos todo, hicimos las fotografías y ahora que cada cual juzgue por sí mismo. Tal es el gobierno, tal es la gestión. Las rotondas es uno de mis asuntos preferidos, pero no he llegado a comprenderlas, las de Melilla.