Los amigos del Alminar de Melilla


                               A la derecha del Padre

       ¡Cuidado no nos acontezca esa ignorancia rayana en la demencia, no infrecuente, en nuestra mísera condición, que llega a tomar a un enemigo por amigo y viceversa! ¿Qué consuelo nos queda en una sociedad humana como ésta, plagada de errores y de penalidades, sino la lealtad no fingida y el mutuo afecto de los buenos y auténticos amigos?. San Agustín

      Dicho por cualquier otra persona, podrían añadirse matices a esta cita, pero habiendo salido de la boca de San Agustín, el santo de pasado crápula, no cabe discrepancia alguna. San Agustín es uno de  los más grandes padres de la Iglesia, porque hablaba desde la experiencia y desde el conocimiento de la causa. Sus Confesiones, es uno de los más grandes libros jamás escritos, dicho por una mente brillante como la de Ludwig Wittgenstein. Sabemos que los amigos del Alminar son numerosos y sus apoyos ocultos también. Hace ya mucho que buscábamos esta foto, porque con ella podemos decir más de lo que somos capaces de expresar.

         José Luis Blasco, Imparcial, no es solo un amigo personal, desde hace exactamente 30 años, sino que además es uno de las más leales y firmes comentaristas del Alminar. Junto a Uno de Melilla, presentes en el blog desde sus orígenes. Su primer comentario se remonta al mes de agosto del año 2011.

        Cuando conocí a José Luis Blasco, era Presidente de la Asociación de Estudios Melillenses, el único al que nunca han entregado la medalla de oro de una asociación a la que sacó de las cenizas. Pese a ser un hombre de Fe, de la verdadera, de la agustiniana, y antigua fraile capuchino, jamás le han designado para ser pregonero de la Semana Santa de Melilla. Es el mayor conocedor de la historia religiosa cristiana de Melilla, sin dudas de ningún tipo, y jamás ha recibido distinción alguna de una Iglesia, de la que jamás ha discrepado, pese a algunas ofensas y desdenes recibidos. Hombres sin fe ni obras,  han recibido honores y distinciones, sin otro mérito que el de la cercanía al poder político y eclesial reinante. Su papel, en este modesto blog, es semejante al  del Cirineo, por voluntad propia.

           En 2013, dígito de persecuciones,  al igual que la Orden del Temple, me acompañó en el camino que conduce a la hoguera inquisitorial, y al banquillo de los acusados de la querella civil con la que quisieron achicharrarnos, por el simple motivo de haber dicho y escrito una verdad como un templo, a saber, que la Santa Madre Iglesia solo admite en las juntas de gobierno de las cofradías, asociaciones públicas de fieles sometidas al Código de Derecho Canónico, a personas solteras, viudas o unidas bajo el matrimonio canónico. Se cuentan por centenares los casos de personas destituidas, u obligadas a renunciar a sus cargos en cofradías, por no estar en concordancia su estado civil con lo exigido por la Iglesia. Una absurda norma jurídica permite la vigencia del anuncio de una querella por cuatro años, por lo que hasta el 2017 no nos veremos libres de la amenaza de ser procesados.

          Jose Luis Blasco recogió en la sede de la Asociación de Estudios Melillenses, la imagen de la Patrona de Melilla, Virgen de La Victoria, y al Santo Sepulcro, en las obras realizadas por el Ministerio de Cultura en 1993, bajo la dirección de José Luis Fernández de La Torre. Nada de esto figura en las efemérides religiosas de la ciudad, ni existen fotografías que lo inmortalicen y acrediten. Aquella restauración del Templo Patronal lo salvó del hundimiento y de la desaparición física. Las misas se celebran durante meses en el almacén de San Juan. En aquellos años, la iglesia patronal era una ruina casi desierta, atendida solo por José Luis Blasco, fray Jesús Cortijosa y los pocos capuchinos que ya quedaban en la ciudad.

      He aprendido al lado de José Luis Blasco más acerca de la Fe y de la religiosidad común, que de muchos de los que copan los pasillos de la Iglesia, e incluso de algunos de sus representantes. Por él sé que la historia real y no narrada, es mucho mas abundante e interesante, que la reflejada de modo oficial. Para entender esto hay que leer la parábola del fariseo y del publicano, escrita únicamente por Lucas en su capítulo 18.

         «Cuando el Hijo del hombre llegué en su gloria, se sentará en el trono real, y reunirá ante sí a todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras, y pondrá a las ovejas a su derecha, y a las cabras a su izquierda». Mateo 25, 33

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19 comentarios en “Los amigos del Alminar de Melilla

  1. Diócesis de Asidónia-Jerez. Normativa diocesana para la constitución de Hermandades y Cofradías. Requisitos para ser candidatos a las juntas de gobierno. Artículo 55-3º: Presentar junto con su candidatura, si es de estado soltero, Fe de Bautismo y Certificado Literal del Registro Civil y, si es de estado casado, sendas partidas de matrimonio canónico y civil.
    Esto es un estatuto marco, iguales a todas las diócesis, y con las condiciones que deben cumplir todas las asociaciones públicas de fieles, incardinadas dentro de la vida de La Iglesia.

  2. Bueno, ahora que el Papa ha dado opción a los obispos para decidir libremente sobre otras cuestiones más relevantes según las circunstancias personales de cada uno/una de los fieles, quizá cambie la cosa.
    Ah¡ Se me olvidaba que la Iglesia de Melilla se quedó en la época preconciliar. Como la española en general, también es cierto.

  3. El Santo Padre puede decir misa en Roma, porque si el cura de la aldea le niega el placet a un candidato por no tener matrimonio canónico, como ha ocurrido en el tiempo que hablamos, no hay nada que hacer.
    También te dijo que ¡ojo con lo dicho por el Papa de Roma!, pues él ha dicho que se debe incorporar a La Iglesia a los divorciados y separados. Eso es una cosa, pues pueden colaborar en obras y acciones comunes.
    Sin embargo, para representar a La Iglesia desde la junta de gobierno de una cofradía, se exigen unos requisitos de vida ejemplar, y entre ellos está el del matrimonio canónico para los casados.

  4. Para mí no hay diferencia entre matrimonio civil, eclesiástico o pareja de hecho. Tanto me da un casado/a que una divorciada/o. La diferencia radica en las obras y en el espíritu, y no en la condición civil.

  5. Por ahí es por donde va el Papa, por dejar de juzgar a las personas en bloque según tengan o no un papel de casados. Mirar a cada una de forma individual, sus obras, lo que es.
    Siempre ha habido y habrá más papistas que el Papa, curiosamente, para unos asuntos concretos. Allá cada cual si acepta como «vida ejemplar» lo que se le ocurra al cura de turno en sus obsesiones particulares.
    A mí, cualquier «club de selectos» que discrimina a las personas por su estatus o condición lo único que me provoca es desprecio.

  6. En este momento parece que hubiese dos Iglesias. Dudo cuál de las dos es mayoritaria y más poderosa. Importantes y altos cargos están contradiciendo abiertamente al Papa.

  7. Al menos por ahí fuera, en el mundo moderno, se discute y habla. En Melilla solo hay sumisión al pode eclesial, detrás del que está el poder civil. Nadie alza la voz y lo que sucede en la comunidad eclesial de la ciudad, clama al cielo, y nunca mejor dicho.
    En las aldeas, el cura trabucaire impone el orden a manotazos si es necesario. Y se comulga con la mano y todas las letras.

  8. Los cargos políticos los reservan para las cabeceras de las procesiones, justo donde no deberían estar.
    Una Iglesia reaccionaria propia de otro tiempo.

  9. De vez en cuando, me encuentro con sorpresas agradables. ¡Cuántas cosas se dicen y escriben de mí! Hospitalario, muchas gracias.
    Lo que me ha impresionado es la fotografía. Ahora tengo treinta kilos menos. Estoy muerto de risa.

  10. Algo debió pasar ayer en la ciudad. Mi teléfono así lo indicaba.
    Hoy me he puesto a buscar…, y me he reencontrado con este artículo, escrito por la mano de Hospitalario.
    Creo que se trata de respeto hacia mi persona. En todo caso ese respeto es mútuo.
    Sin embargo, quiero manifestar que vivo alejado de todo. Y que, décadas después, sé quienes eran mis verdaderos amigos.
    Y nada que objetar, La historia está escrita.

Acostúmbrate a sufrir con paciencia las contrariedades, a escuchar en silencio lo que desagrada, a estar sosegado entre los turbulentos y a permanecer tranquilo entre el estrépito del mundo.

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