Enigmas del nuevo Museo de Melilla
En el antiguo Museo de Melilla, el que estaba en el baluarte de La Concepción, había un enorme hueso de ballena, que no se sabe como había sido colocado allí. Unos dicen que fue Mir Berlanga, otros ni siquiera lo saben. El caso es que «el hueso de la ballena» era algo curioso y emblemático, o quizá mas lo primero que lo segundo. Cuando el Museo fue trasladado a las nuevas dependencia de La Casa del Reloj, el hueso de la ballena siguió allí entero, durante otros cuantos años.
Sin embargo, ocurrió que los nuevos responsables del Área de Cultura decidieron que teníamos que tener un nuevo Museo, diseñado con un nuevo concepto y crearon el nuevo de «Las Peñuelas», en dónde dieron más importancia a las cosas que ellos querían, en detrimento de otras que queríamos todos, pero nuestra opinión no importa. Es una constante histórica el reescribir la historia al gusto del momento. El caso es que el hueso de la ballena ya no era importante en ese nuevo Museo y por ello se puso muy poco cuidado en el traslado y pusieron tan poco cuidado, que partieron en dos el hueso de la ballena, el mismo que había aguantado impasible durante seis o siete décadas, sucumbió a un solo traslado, en un solo día.
En un principio se exhibió roto, como si siempre hubiese estado así, pero algunos los recordamos entero y lo habíamos fotografiado así, en el antiguo Museo, en la Batería Real. Luego ante la vergüenza de verse sorprendidos, lo escondieron o lo hicieron desaparecer, pero eso ya no nos corresponde a nosotros explicarlo. «Somos lo que somos, pero alguien tiene que serlo»