
El Gobierno de los dos millones de euros
Con la incorporación hoy, vía BOME (Boletín Oficial de Melilla) de dos Consejeros o Viceconsejeros «sin cartera», singular invento del Generalísimo Franco que consistía en nombrar un Ministro sin funciones específicas, alcanzamos la cifra de 10 Consejeros y 12 Viceconsejeros. Todo un macro gobierno que nos va a costar exactamente la friolera de 1,445,600€, cantidad que se obtiene de multiplicar la asignación básica del salario del consejero o viceconsejero por 22 y aquí no se cuentan las cantidades a añadir como dietas, desplazamientos, asistencia a comisiones o Plenos, En el caso de que Imbroda mantenga su intención de no concurrir como senador a las próximas elecciones generales, habrá que sumar sus emolumentos a esta cuantiosa cifra de gastos, con lo que la cantidad resultante estará muy próxima a esos dos millones de euros y algo por encima de la cantidad prevista para este año en los presupuestos, que era 1.790.000€. No va a haber ahorro en este apartado y no se ha cumplido con la promesa de reducir de modo considerable el tamaño del gobierno.
Dicho esto, hay que decir que el Presidente Imbroda está absolutamente para hacer este gobierno, formar otro aún mayor o conformar uno que pueda contar con los dedos de una mano. El pueblo de Melilla votó mayoritariamente esta opción el pasado mes de mayo y poco o nada se puede hacer ya, salvo, claro está, decirlo, escribirlo y dejarlo señalado como una de las promesas incumplidas. También hay que decir que esto no es un problema que afecte sólo a Melilla o a los gobiernos formados por Juan José Imbroda, pues esto está ocurriendo en todo tipo de ciudades, autonomías, diputaciones provinciales, ayuntamientos, cabildos insulares y afecta a todos los colores políticos posibles. Los sueldo políticos no están, casi en ningún lado en consonancia con los sueldos medios de los ciudadanos.
Produce decepción que no se haya podido hacer un gobierno más pequeño y más operativo, porque este mastodóntico tamaño va a llevar aparejados nuevos edificios, nuevas áreas operativas y un mayor gasto de funcionamiento y eso se va a notar y mucho y al final se va a recortar el dinero de partidas de los ciudadanos más desfavorecidos o de cualquier otra cosa, menos de donde se debe hacerlo. Esto es la derecha y esto es también lo que han votado los ciudadanos de Melilla y al menos hasta 2015 no hay solución posible, pero nuestra obligación es estar detrás y señalar todas estas cosas.
También ha quedado claro que hasta el propio Presidente Imbroda es rehén de las reglas del Poder, que están ahí desde que el poder existe. Tras 10 años contando con las mismas personas, se establecen corrientes internas y camarillas difíciles de controlar. La Corte también tiene sus propias reglas y ahí está la evidencia de Mª Antonia Garbín, la única, que según fuentes políticas de solvencia, que le ha ganado un pulso al propio Presidente.
las revoluciones nunca se hacen desde dentro, son siempre externas. Ya nos quedará siempre la duda de si Imbroda intentó hacer otra cosa distinta a esta.