En lo mas alto del Monte Gurugú
Lo que conocemos en Melilla como monte Gurugú o Gourougou (en su versión marroquí), es en realidad un mazico montañoso de varios picos, siendo el mas alto el de Sidi Hamed el Hach o » Hamed el peregrino». Realmente Gurugú es un nombre que no se sabe como aparece, pues nunca lo llamaron de ese modo los geógrafos árabes que se acercaron a la zona, ni los anteriores a ellos. Hay un monte Gurugú en las cercanías de Alcalá de Henares. Lo que si se sabe es que expedicionarios franceses como Debrel lo denominan como «Yebel Sidi Hamed el Hach» o Gurugú como segunda denominación y que a la larga es la que se acabó imponiendo.
Las reticencias hacia los árabes no desaparecieron nunca en el Rif, pero la religión islámica se abrió paso con la celeridad del rayo por todo el magreb, borrando cualquier rastro religioso anterior. Unos dicen que el culto a «los morabos» (personas de reconocida santidad pública), son anteriores al Islam, otros sostienen que sin estos «morabos», la religión islámica no se hubiese extendido de un modo tan uniforme y extenso y que fueron imprescindibles para imprescindibles para esa islamización. Ambas teorías podrían darse la mano. El caso es que no parece existir ningún lugar de culto «morabítico» anterior a la llegada del Islam o que haya sobrevivido a este.
La Guerra de Marruecos asoló toda esta zona a principios del siglo XX y todo quedó sembrado de muerte y de bombas, incluido el propio morabito original, que fue arrasado en La Guerra de 1909. Hoy no queda rastro de todo aquel horror y en la zona reina una quietud sobrecogedora. Las vistas en días de poniente son espectaculares y la calma y el silencio que envuelven al Yebel de Sidi Hamed el peregrino, hacen que uno se reconcilie con la naturaleza. Son muchos los melillenses que hacen recorridos tanto a pie como en bicicleta por estos montes, hay uno: Ricardo Ruíz Varea, que incluso tiene un blog de rutas, cuyo enlace añado.
Los morabitos son lugares de culto y de reposo. Suelen estar rodeados de una vegetación típica y además cuentan o contaban, con una zona habitacional en la que se podía descansar, cocinar o refugiarse. Antes había una persona o familia que vivía en el lugar y se preocupaba de mantenerlo en óptimas condiciones, tanto para sí mismo, como para los posibles peregrinos. Ocurre también que la nueva ola islamizadora considera todos estos lugares y estos cultos como contrarios al Islam, por lo que están siendo abandonados, o incluso algunos como el de Sidi Embarek (Ceuta), atacados e incendiados.
También se puede estar produciendo el mismo fenómeno secularizante que en las sociedades occidentales de tradición cristiana y este tipo de cultos se esté abandonado de modo gradual. Hay santos más populares que otros y santos de gran raigambre en el pasado están hoy absolutamente olvidados.
El morabo de Sidi Hamed el Hach (la reconstrucción española de 1920), se encuentra en un estado de absoluto abandono y parece que la tumba del peregrino ha sido removida o profanada. Hay pintadas en árabe, que sabrán leer los arabófonos y que espero que nos informen de su texto.