Uno de los más asiduos lectores de El Alminar y ahora también colaborador, Santos, nos envía unas fotografías de dos pueblos castellanos, Dueñas de Palencia y Brahojos de Medina en Valladolid, en donde todavía permanecen los nombres de los muertos del Bando Nacional o rebelde y a la postre vencedor de La Guerra Civil española, inscritos en lápidas de mármol e instalados en las fachadas de las iglesias de Castilla. Es muy normal seguir viendo en las iglesias castellanas estas lápidas y sin embargo ya no lo es tanto en otras regiones o comunidades españolas. Castilla es mucha Castilla y allí hay que vencer una doble resistencia, la del muy tradicionalista clero castellano y la de las propias familias de los nombres que aparecen en las placas, con lo cual, la «lucha» se da casi por perdida de antemano, porque un «cura» de un pueblo Palencia (de donde es originaria toda mi familia paterna), es realmente una autoridad y no es fácil saltársela, porque aparte del anatema de La Iglesia, te puede caer «una ostia».
Santos, el lector que nos envía estas fotos, ha publicado un interesante libro titulado: «Relatos para niños mayores», en donde refleja a la perfección el ambiente de estos pueblos, rescatando un lenguaje específico y propio del ambiente rural de los pueblos de Castilla.