¿Que ocurre con las obras en Melilla?
No se trata de ninguna frecuencia en clave, tres veces en un mes, sino simplemente de las veces que se ha abierto el pavimento en una misma zona, en el pazo de un mes. Este tramo comprendido entre la carretera de Alfonso XII y su intersección con las calles del Hospital Militar y la de Mustafa Arruf, parece estar tocado por una especie de maldición.
El pasado 8 de noviembre reventó una de las nuevas tuberías de conducción de agua y todo el sentido de circulación estuvo cortado durante una semana, con los consiguientes atascos y saturación de las vía colindantes, para acceder a las zonas de colegios e institutos. El 30 de noviembre y sin previo aviso, como siempre, la empresa vaporiza agua cortó el carril derecho del sentido ascendente, y todos los padres que llevamos por ahí al colegio a nuestros hijos, nos vimos atrapados en una ratonera. Desde el pasado lunes se encuentra cortado el carril izquierdo, en la misma zona y en su sentido ascendente. Las retenciones que se provocan en la horas claves, las de llevar y traer a los niños de los colegios superan el límite de cualquier paciencia.
En condiciones normales eso ya es un punto negro de tráfico en horas punta, pero si a este encadenamiento de cortes y de obras, se añaden los de la carretera del Aeropuerto, y el de la parte baja de la calle del Hospital Militar, todo se convierte en un desesperante infierno, porque el flujo de tráfico queda notoriamente reducido. La calle Luis de Ostáriz está completamente saturada en ambos sentidos. Pasar por allí en las horas claves es desesperante, igual que en cualquier otro punto de la ciudad.
Empieza a haber problemas serios en muchas zonas. Se ha reducido notoriamente la velocidad media de circulación y se ha incrementado el tiempo necesario para ir de una zona a otra de la ciudad. ¿Son casualidades fatales e irremediables, o es que las obras no se realizan bien, con la calidad exigida y empiezan a dar problemas al año de haberlas efectuado?
Tres veces en un mes, para según que cosas, es una frecuencia muy alta.
El de la calle Ibáñez Marín si esta señalizado pero no se encuentra pintado… así que cuando lo ves ya es tarde para frenar….
Buscaremos todos, pero ahora mismo, en El Alminar, hay saturación de objetivos. Son tantas las cosas, que es casi imposible atender a la mitad de las cosas que se producen. Hay una normas de la Dirección General de Tráfico, para la realización y señalización de estos badenes. Son obligatorias, pero no si esa regulación alcanzará a Melilla.