José Ruíz Vacca, conocido como Pepe Vacca, fue un melillense muy vinculado al mundo religioso y al de los agentes comerciales, de los que era su presidente. Por sus contactos, por sus conocimientos y por herencia de su familia, atesoró una gran cantidad de objetos religiosos, que desgraciadamente se perdieron para la ciudad de Melilla. Tenía objetos de gran calidad, junto a otros comunes, pero casi todos, vinculados a Melilla, pues algunos precedían de iglesias del antiguo protectorado, como la Santa Bárbara de la iglesia de Uixan (hoy convertida en mezquita). Al morir de modo repentino en el año 2007 sin haber dejado testamento alguno, hizo que todos esos objetos fueran a parar a sus familiares ceutíes, tras un largo litigio de herederos.
Era un hombre versátil, de gran capacidad de conversación y de prodigiosa memoria, capaz de la expresión más piadosa y a la vez de la mayor irreverencia. Su visión nada complaciente de la historia católica de Melilla, fue la que me inspiró la serie “El Arte religioso en Melilla”, pues su conocimiento de los hechos que describía era tan minucioso, que hizo que me resultaran lo suficientemente atractivos como para escribir acerca de un tema, el religioso, que me era totalmente ajeno.
Poder contar con él y sus enciclopédicos conocimientos constituía una valiosísima ayuda, pues no había dato, hecho, nombre o circunstancia que no fuese capaz de recordar. Era creyente pero no beato, de ideas conservadoras pero aceptaba otros puntos de vista y otra visión de las cosas. No dogmatizaba en nada. Había visto y vivido hechos que le llevaron al convencimiento de que la verdad absoluta o no existe o no está a nuestro alcance. Esto hizo posible mi amistad con él, entre dos personas procedentes de mundos y tiempos muy diferentes.
PD: En casi todos los escritos sobre temas religiosos y las colaboraciones de Imparcial, ha salido a relucir su nombre, por eso traigo a El Alminar su recuerdo.