En busca del monolito perdido


   En diciembre del año pasado (día 16), dediqué una entrada al  «monolito perdido» del baluarte de San Fernando, incluso aporté una fotografía que había realizado unos meses antes. Imparcial, en una de sus primeras colaboraciones en El Alminar, nos daba cuenta de que era un cruceiro, instalado allí en la década de 1970. En aquella zona estaba ubicado el antigua cuartel de la Policia Nacional, cuya comisaría estaba situada junto al Baluarte de San José.

      Suele suceder que cuando uno busca una cosa no la encuentra, y cuando ya se ha olvidado de ella, reaparece. Visionando los varios centenares de fotografías que realicé en los baluartes, antes de que empezaran las obras falsificadoras de conservación, he encontrado esta del monolito o cruceiro, del que hablamos y escribimos hace mes y medio. En esta fotografía se aprecia claramente su estructura y textura y hoy entiendo menos, el por qué no se conservó y se dejó en ese lugar. Además, los ángeles son una creencia común a cristianos, musulmanes y hebreos, por lo que desde ese punto de vista, no hubiese sido complicado mantenerlo en su lugar.

            No era gran cosa, pero tampoco era algo que mereciese ser desdeñado. Volvemos a preguntar: ¿ Dónde está el cruceiro de los Ángeles custodios?. El contraste entre las imágenes antes y posteriores a las obras, es desolador. No se ha conservado casi nada, y este baluarte era importante. Por aquí estaba la «torre quemada», de total procedencia musulmana.

   Nota: La fotografía es de diciembre de 2010

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Santo Domingo, Málaga, Mena


          El orden en que se coloquen estos tres nombres da igual, porque uno lleva a los otros y viceversa y todos son a la vez Málaga y parte de ella. Pero todo empezó mucho antes, en el verano de 1487, cuando los Reyes Católicos asediaban la capital musulmana de Rayya (Málaga). La ciudad se resistió cien días, tantos que incluso en algún momento pareció que habría que desistir de su conquista. El asedio al que se sometió a Málaga fue durísimo y el cerco  total. Cuando ocurría esto, que se ofrecía resistencia, luego el vencedor era implacable. Se demolía absolutamente todo y los habitantes sobrevivientes eran o muertos, o vendidos como esclavos. En Málaga quedó poco de su pasado musulmán. Lo único que sobrevivía eran las fortificaciones militares (Alcazaba y Gibralfaro), porque eran utilizadas  por los vencedores en idéntico uso. De las mezquitas, baños, y edificaciones civiles no solía quedar nada.

        El eco musulmán quedó apagado en 1487, hasta que otro incendio, en 1931, asoló la Málaga cristiana. Un sector de la población malacitana enloqueció en mayo de 1931 y asoló la capital desde El Palo hasta el Guadalmedina. Se quemaron todas las iglesias y conventos de Málaga. Ardió todo su patrimonio artístico religioso. Las cofradías hacían ostentación de sus riquezas y de su poder frente a un pueblo lleno de miseria y de hambre; y si unos mezclaban lo divino con lo humano, los otros confundieron las imágenes y los templos con los responsables de su desgracia.

                 Santo Domingo y el Cristo de Mena

  Pedro de Mena y Medrano fue un sublime artista religioso del barroco español. sus manos dejaron tallas esplendidas que trasciende el ámbito religioso en el que fueron concebidas. En la iglesia y convento de Santo Domingo estaba la más prodigiosa de todas sus obras, la del Cristo de Mena y a por ellos fueron en la noche pavorosa del 11 de mayo de 1931.

  Ardió Santo Domingo, ardió hasta convertirse en pavesas y carbones, la prodigiosa imagen del Cristo de Mena y en aquel incendio, se descubrió algo, ya olvidado, y es que la iglesia de Santo Domingo había sido antes mezquita de la Málaga musulmana, por lo que el edificio debe estar orientado, ya que  musulmanes y cristianos orientan sus templos de culto en una dirección casi parecida. Dato que estudiaré en la próxima visita que realice a la capital malacitana.

      Este dato aparece en un libro imprescindible, el de «La quema de conventos en Málaga» de José Jiménez Guerrero. José Jiménez es Doctor en Historia por la Universidad de Málaga y también Cronista oficial de la Agrupación de Cofradías  de la Semana Santa de Málaga. Une el apasionamiento del cofrade malagueño por el estudio de la Semana Santa, pero sin abandonar en momento alguno el rigor exigible a un académico y pergeña un libro admirable.

         Actualmente se puede contemplar en una de sus capillas, la talla que realizara el artista Francisco Palma Burgos en sustitución de la desaparecida de Pedro de Mena, y es igualmente admirable. Hay que dejar claro que el Cristo de Mena ya no existe, salvo la pierna que salvara el propio Palma Burgos. El Cristo procesionado actualmente en la tarde del Jueves Santo, es el de Palma Burgos, aunque se le llame o se le conozca con el genérico del Cristo  Mena. Realmente es el Cristo de La Buena Muerte de Palma.

      «La quema de Conventos en Málaga»: En 1933, el académico de San Telmo, Palacios, argumentaba que la destruida iglesia fue primitivamente una mezquita árabe, como lo atestiguaban los múltiples vestigios que el fuego puso al descubierto, tales como los lienzos de muro macizados de arquerías. El académico reclamó la reconstrucción, no en la traza del barroquismo, sino desnudando el ladrillo y rehaciendo la fábrica primitiva, a base de lo árabe, lo que permitiría poseer un edificio distinto a los demás», (ob . pag 96).                 

         Se quejaba también este académico, de que mientras en otras ciudades se exhibía el pasado árabe, en Málaga no se podía porque todo estaba soterrado y oculto bajo nuevas formas. Por supuesto que no se le hizo caso, y se reconstruyó todo en estilo barroco.

Nota: Talla original del Cristo de Mena.

https://elalminardemelilla.com/2011/07/03/la-leyenda-del-cristo-de-pedro-de-mena/