Como si de establecer un récord se tratara, año tras año, las celebraciones multitudinarias, llevadas a cabo con cualquier excusa, se suceden en el lugar habitual. El medio millar de personas, 500, es ya una cifra considerable que tras años de entrenamiento ya se alcanza sin dificultad alguna. Por eso, este último San Valentín, o San Pantagruel, merecía una cifra que recordasen los tiempos, de la que se hable en los siglos venideros. Ochocientas personas asistiendo a una actividad, comilona, de la Viceconsejería del Mayor es una cifra que la asemeja más a una bacanal romana, que a una supuesta conmemoración cristiana. El próximo año, si se puede, habría que intentar llegar a los mil, al millar, que eso sí es un número legendario.
Hay acontecimientos históricos que se recuerdan por su cifra, los 10.000 de Jenofonte, los 1000 de las Termópilas. Cifras míticas a las que habría que añadir los 1000 de San Valentín. Algo así pasaría a la historia por sí solo.
San Valentín:
Tengo un libro sobre el santoral cristiano que me ha regalado Monseñor Buxarrais, se titula «Santoral» y su autor es el sacerdote de La Curia romana Jorge Sanz Vila. En el libro me informo de la historia de San Valentín, probablemente un santo inexistente del siglo III, dicen que era un obispo cristiano que casaba a los jóvenes en secreto, en época del emperador romano Aurelio. Se trata pues de una fiesta de jóvenes. Obviamente todo el mundo puede estar enamorado a cualquier edad, pero no entiendo porqué se organiza una fiesta exclusivamente «de mayores» por San Valentín.
Los jóvenes suelen estar sin un euro en el bolsillo, sableando todo el día a los padres, que son los que se hacen cargo de los gastos de San Valentín de sus hijos. Podría entender que las supuestas actividades de la celebración del santo cristiano estuvieran dirigidas a los jóvenes, o que se les incluyera también a ellos, pero nada de nada, ello no eran el objetivo de esa fiesta. Está claro que la intención de ese pantagruélico y multitudinario combite era otro.
Quien más y quien menos, celebra San Valentín con sus propios recursos, si es que los tiene, en estos tiempos que nos está tocando vivir. Podría entender que San Valentín se dedicara a parejas y matrimonios sin recursos, pero eso tampoco lo han hecho. Está claro que «mayores, lo que se dice mayores» tampoco encontraron muchos, pues las fotos muestran que al final se hizo subir el aforo de la comilona recurriendo a todo tipo de personas, salvo que ya se considere como «mayor» a la categoría de 50 años en adelante.
El que se denomine y titule el asunto como un «san Valentin multicultural», porque se invitó a representantes de otras religiones, resulta como mínimo, excéntrico. La cifra es absolutamente desproporcionada.
Nota: En Cartagena, celebraron los mayores San Valentín, a través de la Federación de personas mayores, contaron con la colaboración de la Consejería de Servicios Sociales, celebraron una merienda y un baile, en un lugar público y cada asistente, se pagó los 12€ que costaba la conmemoración. Igualito que en Melilla.http://www.cartagenaactualidad.com/2012/02/los-mayores-celebraron-san-valentin/