Baluarte de San José


 

La falsificación incesante

             Seguimos dejando constancia de todo. Hace poco concluyeron la obras de «enfoscamiento y ocultación» del baluarte de San José. En Ceuta se busca, antes de restaurar nada, cualquier vestigio del pasado. Hace unos días, encontraron, empotradas dentro de las murallas, los restos de una anterior, de época merinida, no medieval, del  siglo XIII. La noticia saltó tanto a los medios de comunicación generales, como a los especializados, cuyo enlace dejo abajo. Es necesario el contraste para que se vea claramanente lo que se está haciendo en Melilla. La próxima semana tendremos las fotografías de Ceuta.

            El baluarte de San José, como tal, proviene del año 1700 aproximadamente, cuando fue reconstruido según las nuevas necesidades de materia defensiva y de guerra. Todo lo anterior había quedado muy maltrecho por las continuas guerras, los derrumbes y los temporales. Probablemente su forma, respeta el origen de la anterior fortificación musulmana, aunque adaptada al concepto de baluarte. Todo este frente, junto con el túnel del Hornabeque y el torreón de San Fernando,  recuerda vagamente al aspecto que tendría la Melilla musulmana, de hecho, dentro del mismo existe un antiguo silo bereber de la etapa musulmana de Melilla.

         Las edificaciones españolas se adaptaron a lo preexistente, de ahí la notable diferencia de esta parte de la fortificación melillense y la de la Puerta de La Marina y el frente de Levante. Lo que se sabe del baluarte de San José, está recogido en «Cuadernos de Historia de Melilla», n1 º, año 1993. En ese artículo se habla de la existencia de sillares de piedra de distinta época y tipo constructivo, que se respetan poco o nada en este tipo de actuaciones. Se pica y criba el material existente y se sustituye por «los piedrotes».

         El caso es que cambia hasta el aspecto del baluarte, que ya fue restaurado en 2005. Del color amarillo se ha pasado al gris, un tono macilento y uniforme que lo afea mucho. No sé porqué motivo, en Melilla se tiene pánico al «resto de ladrillo rojizo» y se pica y elimina sin piedad. El acabado del vértice es especialmente revelador. Ese remate de piedra pulida y grisácea, es extremadamente «mixtificador». Se podrían haber conservado los restos de ladrillo rojo, que eran mucho más vistosos. En este caso y dado su estado, tampoco ha sido de lo peor que se ha visto en los últimos tiempos.

 Nota: Y en Ceuta descubren cosas, http://www.arqueologiamedieval.com/noticias/6986/hallan-nuevos-tramos-unicas-murallas-de-espana-hechas-con-mortero-barro-y-cal

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El maceterismo en Melilla


                Inversiones en ornamentos y macetas

       El maceterismo es el otro mal que asola las ciudades de España, junto con el rotondismo. En Melilla, la inversión en macetas supera todo lo imaginable, porque una cosa es ornamentar la ciudades, los parterres, las medianas, con plantas que no necesiten más que un cuidado ocasional, un mantenimiento esporádico. Sería una manera de ahorrar el dinero público. La externalización de servicios, la contratación por periodos anuales de empresas dedicadas al cuidado de parques y jardines, a la larga, sale más caro que tener pequeños equipos de trabajadores fijos, como cuando existían los servicios operativos y el específico de «mantenimiento de parques y jardines».   

        Además, las cantidades pagadas por esos servicios externos, no se corresponden con la cantidad de trabajadores que contratan, ni con la calidad de empleo que ofrecen. El problema en España es con los empresarios y no con  los trabajadores. Con la mitad del dinero invertido, se podría contratar al doble de personas. Esos contratos sólo mantienen las vidas de lujo de los consejeros-delegados de las empresas.

      En el pasado mes de mayo, la Ciudad de Melilla firmó un convenio con el Ministerio de Cultura, para el embellecimiento de las zonas turísticas. En colocar macetas como estas, se gastaron 90.000€, todo para poner a la Ciudad Vieja como un patio cordobés. Todo quedó achicharrado por la salinidad de la zona. Ningún residente de Melilla La Vieja coloca macetas en el exterior, porque el Levante, la humedad y la sal, agostan absolutamente todo.

      En Navidad se instalaron miles de pascueros, en una extraña campaña que inundó el centro de la ciudad, incluso con grandes carteles anunciadores y su correspondiente inversión publicitaria. Espero que Uno de Melilla nos de oportuna referencia gráfica de aquella campaña. Fue un gran derroche, en unas acciones a la que parece que no está dispuesto a renunciar nuestro Gobierno, mientras la crisis, el paro y la pobreza asolan Melilla.

           Claro que hay que ornamentar las ciudades, pero racionalmente y sobre todo, con el menor coste económico posible. Todo esto es un dispendio inadmisible. Que pregunten al gobierno de Melilla, cuál ha sido el gasto en macetas en los últimos tres años.

    Nota: https://elalminardemelilla.com/2011/05/30/maceteros-en-melilla-la-vieja/

  PD: «Melilla en Flor», mayo de 2011. ¿ Cuánto costó ese dispendio ?, ¿ Qué cantidades recibe la empresa Talher y a cuántos trabajadores emplea ?. ¿ Se pueden hacer las cosas de otra forma ?. ¿ Es realmente útil tener a empresas subsidiadas ?. http://www.elfarodigital.es/melilla/sociedad/47825-melilla-es-flor-por-sus-cuatro-rincones.html