La bahía de Melilla esta formada por dos puertos, uno el español y otro el marroquí. Al igual que la imagen de un río, es muy cambiante según las circunstancias. Los temporales de levante ofrecen imágenes muy inquietantes. En la actualidad, parte de la bolsa de inmigración centro africana que espera en los campamentos del Gurugú, entra en la ciudad por la bahía. Melilla no tiene aguas territoriales, pues en los Tratados de Wad Rass nadie pensó en esa posibilididad. Melilla solo quería tierra y ese obtuvo. En aquellas fechas nadie pensó en la posibilidad futura de la independencia de Marruecos. No sé ahora en que momento se inició el movimiento político de las aguas territoriales y en todas esas delimitaciones que nos han traído y traen de cabeza en los acuerdos pesqueros, o en las inmediaciones de Gibraltar. Es el exceso de regulación el que crea los problemas y no al revés.
El pasado miércoles, tras las tensiones inmigratorias de las últimas semanas, parece haber vuelto la calma a nuestras aguas y cielos compartidos. Han dejado de oírse los helicópteros y una fragata de de las Fuerzas Armadas de Marruecos salía plácidamente del puerto de Beni Enzar, atravesaba la linea demarcada por los dos faros y se disponía calmadamente a recorrer las aguas jurisdiccionales marroquíes en busca de pateras o lanchones llenos de inmigrantes. Tempestad y calma se alternarán siempre en nuestra ciudad. Aquí todo es muy visible, muy nítido, a veces.
Buenas fotos de la bahía de Melilla en calma. Nada que ver con la tempestad que ha sacudido la ciudad de Málaga hoy.