Seis días de septiembre que pueden haber cambiado algo, seis días en los que El Alminar de Melilla ha recibido 1000 visitas, seis días en los que se ha superado el número de visitas de cada día anterior. Seis días de enero de 1977 cambiaron el rumbo de la reinstauración de La Democracia en España. Seis días de septiembre en 2011, en Melilla, pueden haber cambiado la pequeña historia de nuestra ciudad. Seis días en los que las colaboraciones y las opiniones han aumentado de modo evidente. Todo suma, todo apoyo es necesario. Nunca antes este gobierno había retrocedido en nada. Nunca antes habían rectificado una decisión de un modo tan evidente.
Están legitimados por los votos, pero no pueden hacer cualquier cosa. En Melilla hay 10.000 parados y muchas sensibilidades distintas y hasta opuestas. Hay que tenerlas en cuenta a todas y gobernar para todos. Ellos tienen el deber de gobernar y nosotros el de exigirles que lo hagan en nombre de todos. El camino es este, no caben más disgresiones y batallas en solitario. A unos pocos nos tocará la labor de abrir las grietas en los muros para que otros muchos pasen por ellas, pero tan importante es esa labor, la de abrir huecos, como la de ocupar el espacio libre. La Democracia se defiende a diario y no se puede renunciar a ejercitarla. La Democracia hay que hacerla real día a día, con ejemplos, sin descanso. Aceptamos lo que ha sucedido con humildad absoluta, sin vanagloria de ningún tipo, sin la más mínima acritud. Quizá ahora venga la tormenta. Nosotros seguiremos haciendo nuestro trabajo y que otros hagan el suyo.
Si se dice que cuando se rectifica se acierta, en este caso han acertado de modo pleno.
En El Alminar de Melilla no hay censura de ningun tipo, ocurre que este es mi espacio y no voy a permitir aquí lo que ocurrió en un Foro infausto, en donde se permitía la agresión verbal y el insulto, sin posibilidad alguna de defensa. En cualquier circunstancia y condición he escrito siempre con nombre y apellido, dando la cara y de frente, por tanto, no voy a consentir el insulto o la descalificación de quien se escuda en la inmensa cobardía del anonimato. No voy a permitir la actividad de los emboscados. Si cuestiono cosas o verdades oficiales, lo hago señalándolo con claridad y con mi nombre por delante. Así pues, exigo lo mismo y si no se es capaz, entonces aquí, en El Alminar, no tienen sitio.
ni caso Enrique a gente imbecil, no merece la pena ni contestarles, tu sigue en tu linea,que es decir laverdad y abrirnos los ojos a los melillenses, que pensabamos que todo en esta Ciudad iba muy bien,y mira tu por donde gracias a tí nos vamos enterando de todo,esta gente que insulta sin dar su nombre,pués eso COBARDE y por supuesto nos podemos hacer una idea delbando de donde sale.