Las últimas Hijas de la Caridad de Melilla
Son las cinco últimas Hijas de la Caridad de Melilla: Sor Elisa, Sor María José, Sor Mª Dolores, Sor Ceferina y Sor Antonia, y por ese hecho entrarán en la historia de la ciudad por la puerta grande. Le han dado rostro a un hecho histórico que nunca debió producirse, esto es, su marcha del Centro Asistencial de Melilla, porque la historia de ese centro no se entiende sin las hermanas de La Caridad. A lo largo de 87 años, desde su llegada en 1924, han sido el elemento cohesionador de toda la asistencia social de Melilla.
Éste era su Centro y su hogar y son centenares las hermanas que han pasado por su diferentes edificios, dejando para la posteridad apenas un nombre, sin apellidos, para el recuerdo. Queda y permanecerá siempre la estela de un trabajo inmenso e inigualable. Nada volverá a ser lo mismo sin «las hermanas», porque no solo realizaban el trabajo físico, al igual que el resto de trabajadoras del Centro, sino que además llevaban a cabo la labor de consuelo espiritual, la labor de asistencia religiosa.
Resulta curioso el nulo celo de las hermanas por distinguirse unas de otras a lo largo de décadas, y contrastar esa actitud con las placas que abundan en el complejo asistencial, recordado que tal edificio fue inaugurado por este alcalde y aquel otro por el anterior aquel. En ese detalle se aprecia claramente la vanidad mundana, el querer ser recordado a toda costa.
Carpo, carpsi, carpitum (separar arrancando)
Casi todo el mundo conoce o ha oído la manida frase del Carpe Diem ( goza de este día), que insta a aprovechar cada momento, porque el mañana puede traer instantes nada agradables. Eso es una cosa y otra es acabar adoptando la actitud de la cigarra y no preocuparse en lo más mínimo por lo que el futuro pueda depararnos. Sin embargo, muy pocos saben que el verbo latino «carpo», significa en su primera acepción: Separar o separar arrancando, que es claramente una acción o suceso que provoca un desgarro, tanto físico como interior y no visible.
Lo que se ha producido en Melilla y concretamente en el Centro Asistencial, se ajusta a este significado del verbo latino. Las Hijas de la Caridad están divididas en nueve provincias canónicas, la de Melilla pertenece a Granada, y a su vez, éstas están integradas dentro de La Congregación Religiosa de San Vicente de Paul.
Esto ha sido una decisión interna de esta Congregación religiosa, adoptado en el pasado verano, que no sólo ha renunciado al Centro Asistencial, sino también a la parroquia de San Agustín, a la guardería de Damas y Luisas de Marillac y a la capellanía del Hospital Comarcal. La Congregación Paul no ha explicado nada, probablemente no lo hagan, sin embargo, una decisión de este calado, esta trascendencia y de esta repercusión, merecería una explicación y no esconderse tras el recurrente «falta de vocaciones». Melilla, los ancianos del centro asistencial, que son a los que más afecta esta decisión, merecerían que se justificase una acción, que ha supuesto un abrupto e inmerecido final a las Hijas de La Caridad en Melilla.
La Congregación de San Vicente de Paul, ha dado un duro golpe a su vocación asistencial en Melilla. Ahora, moseñor Buxarrais se queda en soledad religiosa en el Centro Asistencial. Nada de esta decisión puede comprenderse.
Nota: http://hijascaridad.org/granada/index.shtml
PD: Hoy las Hijas de la Caridad estarán solas en El Alminar. Nada ni nadie está a su altura. Nada debe distraer el protagonismo y el reconocimiento que merecen.