Se trata de la mayor inversión dejada por el Estado en Melilla, en una sola obra, en este caso sanitaria. Son 41 millones de euros ya aprobados y librados. El plazo de ejecución es largo, 39 meses, pero es que se trata de una obra colosal, de 4 hectáreas de superficie. Las grúas son visibles desde cualquier parte de Melilla y el edificio ya empieza a verse desde algunos puntos de la ciudad. En realidad es un conjunto hospitalario, que integrará tres hospitales, pues el Hospital Militar no dejará de existir. Para llegar hasta este punto, la construcción completa del armazón, han sido consumidas ya 668 jornadas de trabajo, en las que hasta ahora no se ha producido ningún accidente grave. Esperemos que todo siga así, porque garantizará la atención hospitalaria de Melilla para los próximos 50 años. La crisis no debe afectar a esta magna construcción, porque el dinero ya salió de las arcas del Estado y está destinado sólo a este fin.
El nuevo gobierno deberá seguir vigilando esta obra y cuidándola, porque Melilla la necesita. La obligación de los nuevos diputados y senadores, por encima de las rivalidades de partidos, pese a que haya sido una obra aprobada durante la gestión socialista, es vigilar para que se acabe en plazo y forma, y no se produzcan ni interrupciones, ni suspensiones de obra.
Tendrán que tener altura de miras y no desdeñar las cosas, según la época en que se realizaron (paseo marítimo de Horcas Coloradas)*, o según quien las aprobara (gobierno socialista de Zapatero).
Nota*: El nuevo Paseo Marítimo de Horcas Coloradas, ha sido calificado como chapuza y cochambre por los dirigentes populares, aunque es una obra muy digna y que ha dotado a la ciudad de un nuevo área de paseo y ocio. Es mejorable por supuesto y si se ha hecho de es amanera, ha sido porque había que respetar ciertas consideraciones ambientales propuestas por los ecologistas de Guelaya.