La historia de una prostituta en Melilla
A menudo ocurre que, sin saber cómo, el destino entreteje una red invisible a nuestro alrededor. Una acción perdida en el tiempo cobra su sentido años más tarde. De un libro comprado hace unos meses en Melilla, no podía imaginar que acabaría siendo la entrada de un blog, que no había creado en aquel momento.
El león dormido (título homónimo de una novela de Grahan Green), y de una montaña con ese nombre en La Rioja, me interesó esta breve nota en la contraportada: » Ha pasado el tiempo, ha cambiado el mundo y en el fondo de mi ser sigo siendo esa pequeña mestiza a la que vendieron en un burdel en Melilla por un fajo de sucios billetes». Quién así habla es Lucía Osman, la hija de una rifeña y de un militar español, vendida como prostituta por su padre en un burdel de Melilla, en el año 1926.
En seguida me vino a la cabeza la tremenda frase de Indalecio Prieto en Parlamento de España, con ocasión de los debates sobre El Desastre de Annual en 1921 : » Melilla es un lupanar y una ladronera». En 1921, salvo honrrosísimas excepciones, los que fue cazado en Annual y en el desfiladero de Izumar, fue un ejército con la oficialidad prácticamente corrompida, por años de desidia y de falta de vigilancia. Una oficialidad que se jugaba las pagas en los casinos y en los lupanares de la calle Mar Chica. Una oficialidad que no supo estar a la altura ( empezando por el General Silvestre) y que abandonó a su suerte, salvo los ejemplos ampliamente divulgados, a más de 10.ooo soldados españoles en los campos y las laderas del Rif, desde Annual hasta Nador, pasado por Arruit, Zeluán o Taouima, en lo que se conoció como «la ruta de la muerte».
Con esta novela, la bilbaina Marian Izaguirre obtuvo el IX Premio de Novela Ciudad de Salamanca y da voz y luz a la historia de los olvidados: Dejaron que Echevarrieta pactara la liberación de Navarro y sus hombres y al mismo tiempo taparon una vergüenza mucho mayor ; la de los civiles que nadie reclamaba, verdaderos esclavos en manos de gente sin escrúpulos que los utilizaba como bestias de carga». «No se preocuparon de saber si AbdelKrim había vaciado realmente sus cárceles o sus campos de prisioneros, no quisieron investigar si quedaban civiles».
En toda guerra hay olvidados, zonas oscuras de las que nadie quiere hablar y en la que muy pocos se atreven a hablar. Sin la intervención de Jesús, el destino de la entrada del monolito de Monte Arruit, hubiese seguido al senda que yo había marcado desde el principio, peor el poder de su comentario ha gravitado sobre El Alminar durante estos dos últimos días.
Como se dice en el inicio de la novela: «Lo que la gente quiere ver, son cosas que permanecen en la memoria colectiva y que se agrandan con el tiempo, hermosas historias de amor y catástrofes que se recordarán siempre». Annual, en 1921, es una de esas cosas.
En donde vean este libro, cómprenlo y si no lo hay, encárgenlo. No lo olvidarán jamás. En Melilla, por supuesto, no se ha hablado de él, aunque ahora ya sí. En El Alminar de Melilla, ofrecemos el primer capítulo.
Nota: Primer capítulo de la novela «El león dormido», de Marian Izaguirre, en la editorial Algaida.
http://literaria.algaida.es/catalogos/capitulos_promocion/AG00096201_9999990936.pdf