El deterioro del 4º Recinto de Melilla


          Joaquín Rodríguez Puget, el general proscrito

 Joaquín Rodríguez Puget es General del Ejercito español, fue Jefe de la Comandancia de Obras de Melilla, es ingeniero e historiador, pero está proscrito por «la nomenclatura». El General Rodríguez Puget busca su propia documentación, tiene y realiza sus propios planos y sobre todo, saca sus propias conclusiones. Ha publicado libros muy interesantes sobre la historia de Melilla, pero está absolutamente ninguneado en Melilla. No hay la más leve cita acerca de él. Sus libros no se guardan en ningún lado. Quizá en los sótanos de «la Lubianka»  nomenclaturista  melillense, exista algún ejemplar que consulten y denigren  en secreto .

       En los medios próximos a la nomenclatura se le califica como: «imaginativo». Esto quiere decir que ha reconocido la existencia de un pasado árabe o musulmán de la ciudad y hasta se atrevió a señalar algunas zonas. Rodríguez Puget dice en su libro, Crónicas de una fortificación. Melilla siglos XVI-XVII, que sobre el terreno que ocupa hoy la Batería Real y el Baluarte de La Concepción, se asentaba la antigua alcazaba árabe. Claro que mientras él afirma eso, los otros afirman sin tapujos: «Se afirma sin pruebas, que el Baluarte de La Concepción se asentaba sobe una antigua edificación» . El contraste es muy notorio y por eso ha sido condenado al ostracismo.

          Yo reconozco que ese libro de Rodriguez Puget cambió radicalemente mi percepción de las cosas, y eso que el libro no es tan osado como debiera. Probablemente su condición de militar le impide desmoronar la mayor parte de las cosas que en Melilla se dan por asentadas. Aun así, el libro es muy estimable. Contrasta las dos crónicas sobre la conquista de Melilla y se decide claramente por el año 1496 como la fecha real del desembarco. Cualquiera que las lea, pese a que no son las crónicas completas, no volverá a creer jamás en el cuento del capitán Estopiñán Trueno, que todavía prentenden denodadamente hacernos creer.

        El libro es un acopio de datos interesantísimos y pese a estar prologado por Carlos Seco Serrano, quien también lo presentó en Melilla, no contó con la más mínima presencia oficial, ni tampoco de la nomenclatura. Diría que ni siquiera la prensa  recogió la existencia del acto. Contó únicamente sólo con el patrocinio de la empresa melillense Carmelo Martínez. Es una víctima de fuste de la nomenclatura. Yo no me invento ninguna conspiración. El reino de lo oscuro existe en Melilla.

         Traigo aquí su recuerdo, rompiendo así la omertá declarada sobre él, para darle a conocer y para redescubrir, que en mayo de 1993, ya alertó del lamentableo estado del llamado 4º recinto fortificado de Melilla. A veces tengo la sensación, de que Melilla nos importa más a algunos de fuera, que a muchos de los que están dentro.

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Antenas radioeléctricas y de telefonía en Melilla


        Se las relaciona con todo tipo de dolencias y enfermedades: cefaleas, insomnio, alteraciones del comportamiento, ansiedad, depresión, cáncer, leucemia infantil, alergias, abortos, enfermedad de Alzheimer, malformaciones congénitas. Sin embargo la normativa para su instalación es muy ambigua. El caso es que nadie las quiere cerca.

        Hay un hecho indudable y es que los campos magnéticos, aunque invisibles, influyen en nuestra vida y en nuestro estado físico. Antes de que acabara el año 2011, un informe de la  OMS (Organización Mundial de la Salud), probaba la relación entre el uso continuado y excesivo del teléfono móvil, y algunos tipos de tumores cerebrales o la proliferación de los mismos. Hace una década, en Valladolid, se creó una alarma social grande al darse varios casos de leucemia en niños, cuyo colegio estaba cercano a unas instalaciones de antenas radioeléctricas. en aquellos años proliferaron las informaciones de este tipo y luego todo quedó en silencio, porque todo el mundo quiere cobertura en su teléfono móvil y porque éstos, son uno de los grandes negocios de este siglo y del final del pasado.

          El permitir que se instale una antena en la azotea de una comunidad de vecinos genera ciertos beneficios económicos, pero se soslaya cualquier tipo de información sobre los posibles perjuicios para la salud. En la década de 1990, en los años en que yo era presidente de mi comunidad, dijo que no a la instalación de una antena en nuestra azotea. Nos hemos librado de esa, pero no de las vecinas. Estamos expuesto a ellas de modo constante y no sabemos sus consecuencias.

         En Melilla existen por todos lados, algunas realmente grandes y que generan grandes campos magnéticos, que se extienden como un paraguas. Hace poco leí una noticia que decía que el próximo traslado de la antena de RTVE, que está junto a dos colegios de Melilla, es una aspiración del claustro escolar de uno de ellos. La verdad es que la antena, no solo está encima del colegio, sino también próxima a las viviendas de las inmediaciones.

      Son problemas escondidos, que existen pese a que no se hable de ello. Imagino que debería entrar dentro de las competencias de la Consejería de Medio Ambiente. No sé si Melilla ha desarrollado alguna normativa específica para la instalación de las antenas, o si se rige por la normativa general. En cualquier caso es algo que merecería ser estudiado con detenimiento y llegado el caso, ordenar algunos traslados de antenas, y también prohibir su instalación en determinadas zonas de la ciudad.    La sensación actual es de desorden.

 PD: http://www.nodo50.org/ecologistasclm/ab/documentos/basesdeantenas.htm

Mezquita Central, el triángulo negro


          Los alrededores e inmediaciones de la Mezquita Central de Melilla no son un lugar tan seguro como pudiera pensarse. El triángulo que conforman las calles: Infantería, General Weyler y Alférez Camilo Barraca, se han convertido en un punto negro de seguridad en la zona. Aparcar allí el coche es una seria opción para sufrir un robo en el interior del vehículo. Cualquier cosa que se deje uno dentro, incluso una silla de niño para coches, es un objeto de deseo para los ladrones.

             Todos los vecinos de la calle Infantería han sido objeto de algún robo en sus vehículos. La puerta principal de la Mezquita Central fue víctima de un robo hace apenas un mes. En esa ocasión, los ladrones se llevaron la antigua y pesada cerradura de la puerta. Hace algunos años, la zona era un punto de menudeo de drogas, y como tal fue denunciado a la policía, que actuó durante un tiempo. Por esas y otras denuncias, la Ciudad Autónoma instaló allí «un punto de información » de la Policía Municipal, que parece no haber disuadido en nada  a las actividades sospechosas que se llevan a cabo en la zona.

           Parece que esta situación, la del menudeo ha vuelto a reproducirse, lo que ha hecho aumentar la inseguridad en las inmediaciones. Estos pequeños robos se suceden constantemente, para obtener dienro rápido con el fin de comprar «papelinas» o cualquier otra cosa que allí se venda. Se da la circusntancia de que la calle Infantería es la única en donde pueden aparcar los trabajadores del centro educativo situado dentro de la mezquita, o los componentes del Consejo religioso musulmán, o incluso algunos alumnos. No hay casi nadie que haya aparcado allí y no haya sido objeto de algún robo.

Nota: El pasado diciembre, publicamos una entrada en El Alminar, en la que dejábamos constancia de un coche que había ardido en la calle Infantería.

https://elalminardemelilla.com/2011/12/08/incendios-en-melilla/