Sin modelo de explotación en la Estación Marítima
El pasado mes de diciembre, en una entrevista en la Cadena Ser, el presidente de la Autoridad Portuaria, Arturo Esteban, hablaba de como los melillenses «dábamos la espalda a la Estación Marítima» y explicaba las supuestas bondades de tomarse allí un desayuno, disfrutando de las excelentes vistas que se ofrecen desde la Estación. Un mes después, la cafetería y el restaurante de la planta alta ya no existen.
Hace apenas dos semanas, con gran aparataje de medios de propaganda, acudieron todas las autoridades marítimas de la zona de Melilla, a inaugurar la nueva cafetería. Inauguraban la nueva porque habían cerrado la anterior, sin dar mayor explicación, para sustituirla por un macro gimnasio, en una prueba más de ausencia absoluta de modelo de explotación.
La realidad es que 5 años después de ser inaugurada, un fin de semana como este, repleto de lluvias y parques mojados, la nueva Estación Marítima no ofrece nada al ciudadano melillense, porque está todo cerrado. Realmente, e invirtiendo la frase de Don Arturo Estaban, quien da la espalda al ciudadano de Melilla, es la propia Estación Marítima. En la planta 1ª no hay ni una sola concesión comercial, en la baja, solo «la nueva micro cafetería escondida», dos ventanillas de coches de alquiler y una tienda de chucherías cerrada.
En la planta alta o 2ª, no hay nada, salvo la zona de embarque y la promesa de un futuro gimnasio, que nadie entiende muy bien que va a hacer allí, ni a que sector de la población pretende dirigirse. Aparte estarían las obras de acondicionamiento del local, instalación de duchas, lavabos, zona de taquillas y vestuarios.
Soñar no cuesta nada, y eso es lo que hicieron en días pasados al presentar e inaugurar la nueva cafetería, cuyo aspecto es bastante decepcionante. uno les oye hablar y se imagina que aquello ya es «una zona comercial» a la altura de los grandes aeropuertos y «estaciones intermodales». Luego se acerca el ciudadano a la supuesta nueva zona de ocio y resulta que no hay nada, que todo es propaganda, incluidos esos premios grandilocuentes de «excelencia» que conceden no se sabe qué revistas.
El ejemplo de la Estación Marítima es paradigmático, porque aquí no hay posibilidad de echarle la culpa a un supuesto gobierno anterior. El modelo de gestión, desde que se pusieron los cimientos hasta el día de hoy, corresponde exclusivamente, al 100%, al mismo gestor, la Autoridad Portuaria de Melilla, que en estos 10 últimos años ha estado gestionada, por alguien designado por el PP de Melilla.
La realidad es esta. Nada. Salvo que se utilice para entrar o salir de Melilla. Bonita, eso sí, con vistas excepcionales, pero vacía, hueca, como una cáscara de nuez, pero al precio de tres.