San Valentín y la encuesta de Carmina


                                     «Vivir a capona » en Melilla

     El pasado 14 de febrero la ViceConsejería del Mayor celebró una pantagruélica y estrambótica comida para 800 comensales. No era justificable desde ningún punto de vista. Para mayor excentricidad, se invitó a dos sacerdotes católicos, miembros afines de la comunidad musulmana y un representante de la comunidad judía de Melilla. A todo eso se le denominó «San Valentín multicultural». El despropósito es mayúsculo. Una cosa es que se compartan las celebraciones y se participe de todo, pero la Januká es un fiesta judía, el Ramadán es una fiesta musulmana y la Navidad es una fiesta cristiana. Lo único para lo que sirve todos  esos titulares peregrinos,  es para justificar es una «cena» sin sentido, pagada por el Ayuntamiento, para 800 personas, de las que el colectivo menor, eran los mayores. Es «la vida a capona», expresión melillense del gratis total y que inmortalizara  Francisco Carcaño en la novela: «La Hija de Marte».   

                     El poder enfermo         

        La muestra, o el síntoma del Poder enfermo que aplasta a Melilla, fue la presentación de una encuesta de satisfacción sobre esta comilona, que presentó el pasado jueves la Vice Consejera del Área, Carmina San San Martín. Hicieron una encuesta sobre los 100 «mayores reales» que acudieron a la celebración de San Pantagruel. Los resultados arrojaban un porcentaje de satisfacción del 9,5 (sobre 10), con respecto a la comilona y de un 9,81 (sobre 10), con respecto a espectáculo en su conjunto. Cualquiera estaría satisfecho con un resultado así, salvo la ViceConsejera, quien afirmó en público: » Que una encuesta tan bonita había sido espropeada por una asistente que voto cero a todo». Seguidamente, pese al anonimato de la encuesta, increpó a esa melillense díscola, diciendo que:  ¿Si no se lo pasa bien, por qué acude a mis fiestas?.

      La anécdota, por llamarla de alguna manera, muestra la concepción enferma del poder que se tiene en Melilla y también la propia enfermedad del poder absoluto. Habría que recordarle a la Viceconsejera San Martín, que no se trata de sus fiestas, sino las de todos los melillenses. Que su obligación es invitar a todos y que ella no es quién para decidir qué debe gustar y qué no. Después de criticar a esta persona, que claramente ya no será invitada a más ágapes, dejó claro que existe un buzón de sugerencias y reclamaciones, para mejorar posteriores eventos.

            Después de lo visto, yo nunca haría uso de él.

 Nota: Página web de la Viceconsejera San Martín, en donde se mezcla a la Viceconsejería que dirige, ella misma y el Partido Popular. «Todos a una!. Si la más mínima separación entre el ámbito Público, el privado o el político.          http://www.carminasanmartin.es/

  PD: Fotos de El Faro

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Melilla, pescaderías en la calle


      

             La ciudad real, la otra melilla, se abre paso ante  los ojos de los ciudadanos, día a día. Todos vemos lo que nadie refleja. Todos sufrimos una ciudad que no está en los folletos. El Mercado Cental languidece, se deshace, cada día cierran más y más puestos legales, que pagan sus contribiciones, sus impuestos, que mantienen a familias melillenses. Las causas y las explicaciones puende  ser varias.    El caso es que en la calle, a escaso 20 metros del Mercado, a 50 metros de la oficina de la Policia Local del Rastro, se pueden comprar gambas y cañaillas  en la calle García Cabrelles, justo al lado de un Supermercado.

           Esto es una zona turística. En ninguna ciudad de España, en ninguna ciudad de Europa, y de la mayor parte del Mundo, se puede comprar pesacado en la calle. Para ver algo semejante hay que ver los reportajes de TV2  y ver los mercados de Senegal, Tanzania, Kenia o de las zonas más depauperadas del Planeta.

           Y esto sucede en las misma narices del Mercado Central, que si uno sube hacia la Plaza del General Martínez Campos, entonces lo que se ve allí son auténticas pescaderías en el suelo. Ocurre que el trayecto más largo que hacen los miembros del Gobierno de Melilla, es el recorrido que media entre el Palacio de La Asamblea y una céntrica cafetería, en donde se reunen todas las mañana. La imagen es más parecida a la película de Berlanga: «La escopeta Nacional», que a cualquier otra cosa.

               Pescados de corte, lenguados, jureles, sardinas, rape, boquerones. todo se vende en el suelo. EL olor de la zona, en donde allí mismo se corta y limpia el pescado, inunda las pituitarias en el mes de marzo. Cuando entre el calor a partir del mes de mayo, lo que se dejará sentír en las inmediaciones será sencillamente el asco. La higiene no existe. la insalubridad es máxima. Esta es la gestión que tenemos en Melilla, la real. La otra no se la cree nadie, sencillamente porque no existe. El resto es propaganda, pero viven de ella y para ella. En eso son magos, la manejan como nadie.