Está situado en la zona nueva del Parque Forestal, en la cada vez más deslucida zona de animales. El avestruz desapareció para siempre. Los pájaros volaron. Ya no se ven los conejos, los cerdos de Vietnam, los perritos de las praderas, y otra variopinta fauna. No es tanta la afluencia de público a esta zona del parque. La zona deportiva no se usa demasiado y le faltan algunas cosas, como siempre, sombra.
Sin embargo, de todo el conjunto de la parte alta del parque, lo que más éxito tiene es lo menos pensado, el pediluvio, que parecía un elemento con una función más decorativa que práctica. La foto está hecha en el mes de febrero, uno de los más fríos de la última época. Pese a la frialdad del agua, un grupo de mujeres paseaba y sometía a un baño relajante a la parte más sufrida del cuerpo humano, los pies, que es a la que menos caso se suele hacer.