En el interior de una cueva mora


                  La población bereber del norte de África, presente en la zona desde tiempos inmemoriales, desarrolló una alta capacidad para la excavación de cuevas y túneles, que podían servir como refugios, almacenes, pasadizos de comunicación. Los bereberes, sea cual sea su origen,  constituyeron la base poblacional de la conquista musulmana de la península ibérica. En Guadalajara, en las islas Baleares, en el Reino nazarí de Granada, dejaron abundantes muestras de este tipo de infraestructura, de utilidad tanto poblacional como defensiva. En todos lados se las conoce como «cuevas moras», salvo en Melilla, en donde se las cataloga como  púnicas.

         Toda Melilla está llena de cuevas de este tipo, y muchas de ellas siguen siendo utilizadas para las mismas funciones que antaño. La he visto excavadas en la roca y en uso como cabrerizas, en la zona que lleva ese nombre. He localizado ese tipo de refugios y excavaciones (bien  naturales o artificiales), en el barranco de Horcas Coloradas, que luego fueron utilizadas como infraviviendas por la población española, en los inicios del siglo XX.

             Melilla y en las zonas de España que un día fueron fronteras entre cristianos y musulmanes, servían como parapeto a las incursiones de los ejércitos que se disputaban el solar ibérico. En la España actual, quedan todavía multitud de leyendas sobre tesoros escondidos en «las cuevas moras», ante la inminencia del avance cristiano. Ninguno de ellos se ha encontrado jamás, quizá porque la memoria de su localización se perdió con la población hispano morisca expulsada entre 1492 y 1611.

                                    Interior de una cueva en Melilla

          Esta cueva en la que ha entrado El Alminar la ha visto casi todo el mundo en Melilla. El tramo de las fotografías comunica la plaza de Armas con la Ensenada de Los Galápagos. Es muy angosto y solo puede pasar por ella una persona de mediana estatura  o alguien ágil y esbelto. Su función primordial pudo ser la de comunicación, escape o rápido acceso desde la playa hasta lo que era la zona de comercio o medina de la Melilla musulmana. Con las llegada de los españoles en 1497 toda la zona sufrió una transformación profunda, que llegó a ser total en los siglos posteriores.

             La parte alta de lo que es el auditirium al aire libre, llegó a ser utilizado como prisión hasta el siglo XIX. Los galeotes y desterrados de Melilla cumplían aquí sus penas de rpisión en condiciones tales, que la alternativa solo era la muerte o el intento de fuga hacia el campo rifeño y la conversión al islam. Son los renegados de Melilla, un interesante aspecto de la historia melillense que sólo trata un libro: «Las memorias del ayudante Álvarez».

          Toda la zona se está derrumbando. La rehabilitación consistirá en cegarlo todo y anularlo para su estudio o visita. Pese a que el orígen histórico y los añadidos posteriores se mezclan, la zona conserva un alto interés para los investigadores.

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9 comentarios en “En el interior de una cueva mora

  1. En el pasado intenté evitar que eliminasen un pequeño resto de un antiguo silo o pozo bereber de la Melilla musulmana. La Consejería correspondiente me comunicó que la eliminación llevaba el visto bueno de la Comisión de Patrimonio de Melilla. Desde entonces, pese a tener identificadas muchas cuevas y posibles zonas rurales bereberes, dentro del territorio melillense, no comunico la situación a nadie. Mientras estén en estado de olvido o desconocimiento, se preservarán.
    https://elalminardemelilla.com/2011/06/09/la-ocultacion-de-vestigios-islamicos-en-melilla/

  2. Todas las historias son necesarias. De aquellas que nos son vitales estaremos pendientes, pero también es necesaria la evasión. Hay que tener pasadizos para pasar de un lado a otro. Las cuevas moras son muy útiles.

  3. Esas cuevas que se ven en las fotografías que has publicado arriba, no son bereberes: las cavaron los penados y desterrados, a partir del siglo XVI como las minas y pozos de los fuertes de las dos Victorias, las del frontón del Parque Lobera, el del fuerte del Rosario, el de San Carlos, (antiguo Cementerio). Y no son «cuevas moras», sino cristianas, como las famosas del Conventico. Y si la Consejería correspondiente te dijo que debe llevar el visto bueno de la Comisión del Patrimonio, el responsable debiera leerse un poco la historia de nuestra ciudad, que por lo visto no tiene ni idea.

  4. Ya hise unos comentarios sobre una parte de las cuevas moras, relacionadas con una «excursión» que hicimos varios niños allá en el año 30, que nos llevó desde las laderas al mar por la Plaza de Armas, hasta poder observar la fachada lateral izquierda del entonces Teatro Cine Kursaal, despues de circular por una red de galerias alumbrandonos. con velas. y tuvimos que dar marcha atras y volver a salir por donde entramos que era una puerta de hierro de rejas desvencijadas. Di nombres de algunos de aquellos que hicieron aquella «excursion. Años mas tarde frente a dicha fachada construyeron el edificio de Comunicaciones.

    Angel

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