PP, octubre de 1989, el precedente.
En octubre de 1989, Felipe González adelantó un año las elecciones generales (era un verdadero mago del adelanto electoral) y los escaños que el PP había obtenido «honestamente» en 1986, con algaradas callejeras durante toda la campaña electoral frente a La Delegación de Gobierno, volvieron a la filas socialistas. Julio Bassets Rutllant (único melillense que ha sido diputado y senador), volvió a derrotar al PP, la verdad es que Bassets derrotaba casi siempre al Partido Popular, liderado en aquella época por Jorge Hernández Mollar, que en ningun momento ni fotografía perdió la cara de noqueado.
El Partido Popular había perdido las elecciones y eso no podía ser, así que en principio reclamaron a la Junta Electoral de Zona y no obtuvieron una respuesta satisfactoria, por lo que la 1ª recomendación sería no intentar anular unas elecciones mediante reclamaciones a la Junta Electoral, porque eso es como jugar al mus y pretender ganar solamente «envidando a chicas». Si se quiere ganar, hay que ir de órdago y siempre a » grandes o a juego».
Así pues, el PP fue elevando el tiro de sus espectativas y de solicitar sólo la reeptición de las elecciones en el colegio Juan Caro, acabaron reflexionando sobre la posible presentación de «un contecioso electoral» y finalmente se decidieron por el órdago a la grande, esto es, el todo o nada electoral. Acabaron presentando un a denuncia ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y al final, en apenas 6 meses obtuvieron el premio buscado: » La repetición de elecciones» en Melilla y la vuelta del reves de un resultado electoral adverso.
¿ Los motivos ?
Los motivos son sospechosamente parecidos a los actuales, por no decir que son siempre los mismos motivos que se alegan en Melilla, elecciones tras elecciones: » No comprobación de un posible voto doble de interventores de un partido político, falta de criterio único sobre los votos anulados, emisión de votos con identificaciones distintas al DNI, no verificación de los certificados de Correos al aceptar los votos por correo de emigrantes, actas con tachaduras, problemas en el escrutinio y recuento de los votos».
Pero el motivo principal era: » La posible manipulación del voto musulmán». Esto era lo que denunciaba el PP en 1989. Toda una paradoja. Mi consejo pues sería, que se dejase constituir La Asamblea de Melilla, buscar el precedente de 1989, acudir a la Jurisdicción ordinaria y si los motivos son los mismos o casi miméticos, solicitar la anulaciñon y repetición de las elecciones, del modo en que ha recomendado la Junta Electoral Central. Retardar un mes la constitución de La Asamblea es jugárselo a «chicas».
Falta la otra parte, el partido de vuelta.
Solo se va de órdago en política si tienes las de ganar. Si la Justicia «e un cashondeo»…a tu favor, lo haces.Y lo sigues haciendo.
Por eso el número 6 de 2015 del PP local, Billal Burrahay fue una anécdota. Se grabó el sistema clientelar de compra masiva de votos por parte de un candidato. Lo quitaron de primera línea, lo untaron por detrás, el cacique lo arropó («Se ha equivocado, pero tiene una larga vida política por delante») y fin.
Los indignos que pueblan las Torres son el ingrediente perfecto para el pucherazo. Y así seguimos y así seguiremos en las próximas, cuando en el mejor de los casos, Cs se avenga a poner cuatro condiciones (¿como PPL?) para seguir permitiendo la infamia con este pueblo otros 4 años más.